*Este estudio es muy personal, por tanto se reconoce que a otras personas pueden darles algún resultado distinto.
Cada uno de nosotros sabemos que la importancia en el fútbol se centra única y exclusivamente en los goles, acción palpable de triunfo o de derrota dependiendo del arco en que se emboque la pelota. Pero, por otro lado, los que somos amantes a esos instantes justos, a esos milisegundos en que se precisa un toque de balón justo en la testa o en la parte superior del pie, ese ínfimo momento en que se piensa un pase, tenemos más en cuenta a los llamados asistentes.
De por sí su nombre ya indica un menos escalón de importancia, tal como la presentada en una oficina en donde el jefe es el que manda, y el asistente es el que recibe las ordenes. Pero en juntos casos, fútbol y oficina, ambos se necesitan mutuamente por igual, y son dependientes y gozan de la misma importancia en el producto final.
De esta forma, trato de darle una importancia a la “asistencia” que en el mundo real no se la da, y para ratificarlo jugué varias partidas con los más grandes de las ligas de Europa en busca de ése segundo mejor jugador que pusiera más balones que goles hechos (segundo porque Messi no reduce nunca su cuota de asistencias, y es, sin duda, el mejor jugador de Unifutbol). Tardé un par de semanas, y después de ese tiempo mi objetivo lo encontré en Inglaterra, pero no era Ozil, como pensarán muchos (es más, éste jugador lo supera en 10 o 12 asistencias por temporada), sino uno que juega en el Manchester City, que (curiosamente) también es turco alemán, y que se llama IIkay Gundogan.
Muchos lo conocerán por su famosa travesía en el Dortmund, donde alcanzo la gloria y fama al coronarse campeón de una Bundesliga, una Copa local y dos Supercopas Alemanas, además de la final de Champions alcanzada, donde el Bayern Múnich los dejo subcampeones. Pero, casi nadie sabe que su habilidad asistidora la comenzó a formar en las categorías inferiores del Vfl Bochum, luego pasó, a los 18 años, al más representativo Núremberg, hasta ahí, dos años después de buenas temporadas poniendo pases precisos, se trasladó a las filas de Borussia Dortmund.
Lo que sigue es historia conocida por casi la mayoría. Sus grandes actuaciones lo hicieron acreedor del favoritismo de Guardiola, que lo ficho para su proyecto de Manchester City en la temporada 2016/2017, lugar en donde aparezco yo, que quede maravillado con la cantidad de asistencias que puede dar para su compañeros. En promedio, pueden ser un total de entre 30 y 40 para el jugador de 26 años, que aún podría tener una progresión mas profunda, debido a que aún es joven.
Con estos números, le bastarían solo siete temporadas para sobrepasar a Juan Román Riquelme como segundo máximo asistente de la historia del fútbol mundial, números que realmente asombran para un jugador que fue ignorado una gran parte de su carrera.
Con lo anterior dicho, si quieres gozar de las variadas asistencias de este gran jugador, no quieres escoger al Manchester City y el dinero no te alcanza para fichar a Lionel Messi (porque si hay una cosa difícil en Unifutbol es fichar a Messi), puedes adquirir al segundo mejor asistente del juego, por un precio regular de 50 millones de euros, y una ficha de 9 o 10 al año (no acepta menos) para así llevar a tu equipo no solo un jugador versátil que juega en muchas posiciones, sino que acompañado de un buen delantero puede otorgarte en promedio un mínimo de 35 asistencias por temporada.
Otros jugadores y buenos asistentes un poco más asequibles y que encontré en mi camino para los austeros de Unifutbol, son De Marcos del Athletic de Bilbao y Shaquiri del Stoke City.
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